¿Por qué los griegos eran tan violentos y se la pasaban peleando? Una hipótesis decolonial y no eurocéntrica: de la praxis a la teoría

¿Por qué los griegos eran tan violentos y se la pasaban peleando? Una hipótesis decolonial y no eurocéntrica: de la praxis a la teoría

Javier Hernández Alpízar

Hipótesis genético nominalista: A los niños griegos les ponía unos nombres tan feos que, cuando crecían, llegaban a la conclusión de que sus padres no los querían.

Por donde quiera, eran buleados por sus compañeros y, en venganza, buleaban a otros compañeros por sus feos nombres: Menelao, Agamenón, Aquiles… Todo este bullying mutuo terminaba normalmente en tremendos moquetazos, como si fueran la aldea de Astérix.

Además, se buleaban por los gentilicios que recibían por el nombre de sus ciudades Estado: micénicos, espartanos, incluso: ¡lacedemonios! y así, hasta que llegaban a adultos.

Ya como adultos, bastante confundidos sobre lo que es un nombre feo, se enteraban de que había un rey llamado Príamo y decían que era un nombre bonito, porque sus papás sí lo querían, y lo envidiaban y lo odiaban.

Para colmo, sus hijos se llamaban Héctor y Paris, y nadie los buleaba por sus nombres, y más odiarlos.

Y finalmente, su gentilicio era “troyanos», que sonaba bien, como banda muy popular, y las ganas de partirles la cara aumentaron.

Y así, hasta que ardió Troya.

Luego vinieron nuevas generaciones de griegos que le tuvieron fobia a tanta violencia. Por ello se inventaron la “vida contemplativa”, la “theoréin” y el amor a la sabiduría o philosophía, toda una forma de vida para rehuirle el cuerpo a los catorrazos y a la violencia.

Moraleja: si nuestra hipótesis es correcta, los nombres de los gobernantes de esta época solamente prometen más violencia y menos filosofía; pues qué podemos esperar de sujetos cuyos padres les pusieron por nombres Donald Trump o Vladimir Putin. De no cambiar esos hombres, y sus nombres, en la clase política, seguirá ardiendo Troya.

Hacen falta filosofías del porte de la expresada por Celia Cruz en su rola Burundanga: “Madame Belem, practica el amor, defiende al humano porque así entre hermanos se vive mejor.” Una joya de filosofía helenística tropicalizada.