Un tallado minucioso en la materia de la palabra y la literatura

Hotel Abismo

Un tallado minucioso en la materia de la palabra y la literatura

Federico Patán

A Lukas Avendaño y a  Ceci Flores, buscador@s de verdad y justicia

“Examino los mensajes: pensamientos, maldiciones, nombres. Como este tan curioso: Dionisia. Si consigo ponerle un rostro, vendrá cualquier sueño delicioso.” Federico Patán, “Las tres íes”.

En estos tres cuentos de Federico Patán (Material de Lectura 139, Cuento contemporáneo), la materialidad de la palabra comunica a la materialidad del mundo, por ejemplo: el agua y la tierra en “Las tres íes”. Pero no solo la materialidad física, también la pesadez de la existencia misma, las atmósferas densas del encierro (la prisión), la tensión vital, la minuciosidad de la memoria y el pensamiento cavilante, los problemas de la vida misma.

Es una literatura que escava en su materia –la palabra- como el prisionero que busca hacer un túnel al exterior, aunque quizá excavando en la literatura no salimos (ni al escribir ni al leer) a ningún exterior, sino que penetramos más en la experiencia, a veces fatigosa, pero siempre gratificante, de la literatura misma, es decir, un poco de la vida misma.

En vez de contarnos la historia de un preso, en un lugar donde los quejidos de la tortura a otros alcanzan a oírse., Federico Patán nos pone en el lugar del que excava la tierra con una cuchara de peltre buscando una salida. Y sus utopías de evasión (diría Lewis Mumford), la imaginación de una mujer evocada solamente a partir de un nombre femenino raspado por algún preso anterior.

La imaginación pone un rostro, una imagen femenina, una compañía a un ser humano en el encierro. Utopía de evasión que aligera quizá el minuciosamente rudo trabajo en pos de una utopía de emancipación, más real y difícil.

El cuento puede tener su lectura literal, ese trabajoso avance del que busca salir con los pobres medios a su alcance. Y otra alegórica, pues más de un lector se ha sentido encerrado en su vida, buscando una salida sin medios adecuados, al menos aparentemente, donde la vida sofocante es en sí misma una prisión.

En “El paseo”, incluso el monopolio del poder para filetear un pavo y repartir jerárquicamente los trozos, con privilegio para quien él decida, describe en una sola escena (como de cine) el poder patriarcal de Don Pedro, ducho “desde joven en mandar sobre cualquier instrumento cortante”.

Además, según Elías Canetti (Masa y poder) una de las fuentes de poder es alimentar a otros, así que quien reparte comida, con su discrecionalidad arbitraria, reafirma su poder sobre los otros comensales.

Y desde luego, la violencia patriarcal contra las mujeres, como la de un dictador sobre su pequeño reino de vasallos. Don Pedro, el de este cuento, muy bien podría no por casualidad ser tocayo de Pedro Páramo, otro patriarca, en otro mundo literario.

En “Cenizas”, un nieto monologa ante los restos fúnebres de su abuelo ya reducidos a la poca materia que cabe en una urna. Y en ese pensamiento, dialogando imaginariamente, recorre los hilos sueltos de la memoria de un exilio en México, pero cuyas raíces familiares quedaron en España, una España que ya no existe más después de la pesadilla del franquismo.

Si una cierta melancolía atraviesa estas narraciones, es la que puede recrear el lenguaje literario para ponernos frente la materia melancólica de la vida, el tiempo, las acciones, sus consecuencias y su impronta en nosotros, descendientes de esas grandes tragedias, historias que  hunden sus raíces en otras más antiguas y quizá también duras historias.

La narrativa de Federico Patán no es de un fácil primer acceso, quizá porque parece ser fruto de un minucioso y trabajoso de tallar en el suelo de la literatura para ir abriendo ese espacio, ese hueco, ese claro, donde la palabra alcanza la atmósfera adecuada para ser.

No necesita ser una directa denuncia: prefiere acercarse a la vida, que con su peso, su gravedad misma, ya es una denuncia de suyo.

Federico Patán, Material de Lectura 139, Cuento contemporáneo, UNAM, México, 2020.

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