Descubrimiento arqueológico evidencia daños al patrimonio cultural

Azalia Hernández.-(Altavoz 125, julio 15 2013)

En Jáltipan, al sur de Veracuz, en un lugar donde se construyen bodegas de coque de la empresa española García Munté, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia realizaron el hallazgo caracterizado como el más importante en 70 años de excavaciones en el sur de Veracruz “porque aportará mucha información sobre las primeras culturas olmecas.”

Se trata de un asentamiento con más de 2 mil años de antigüedad. Entre los descubrimientos destacan: “30 entierros, restos óseos con ofrendas que contenían huesos de animales, cuentas de jade, espejos y figurillas de origen teotihuacano, maya, nahua, popoluca y de la cultura de Remojadas; pirámide de 12 metros de altura y 60 de largo por 25 metros de ancho recubierta con piedra caliza y con subestructura del tipo maya o Tajín, de gran relevancia, puesto que es la primera vez que se descubren estructuras de piedra en el sur de Veracruz; taller de ladrillos estilo Comacalco (Tabasco), algo raro en la región, pues esa ciudad se localiza a 120 kilómetros de Jáltipan. Además los restos de ladrillos encontrados tienen el mismo tipo de figurillas esgrafiadas que se usaban en aquella ciudad maya.”

Alfrego Delgado, coordinador de los trabajos de rescate explicó en conferencia que estamos ante un sitio arqueológico impresionante pero devastado por el desarrollo industrial desde fines del siglo XIX. El cruce del ferrocarril, la construcción de la carretera transístmica; la instalación de la azufrera y demás empresas en la región han dañado el lugar reduciendo las posibilidades de estudiarlo en su totalidad.

““En 1892-1894 se construyó el ferrocarril y partió el sitio a la mitad; posteriormente la carretera a Tehuantepec arrasó con las plazas en un 50%. Había montículos que desaparecieron para hacer el terraplen de un puente. Cuando llegó la azufrera se llevó lo poco que quedaba. La carita sonriente, ícono de APSA salió de ahí.” El especialista recalcó: “Sabían que había un sitio”. Se refiere a las autoridades que han gobernado el municipio desde hace más de medio siglo. Y añade que la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas norma la construcción de obras, las cuales deben ser previamente notificadas al INAH. Pero no sucede así, se realizan sin estudios y sin importar las afectaciones al patrimonio cultural.

Alfredo Delgado mencionó que en el caso de la edificación de la planta procesadora de coque, el INAH intervino porque el terreno está contiguo a un sitio arqueológico registrado conocido como Emiliano Zapata-Altamira. “Este era muy grande, los viejos lo debieron conocer, había muchos cerritos”.
La superficie bajo resguardo está ubicada en el tramo de la carretera Jáltipan-Acayucan frente a la curva de la exazufrera y es cruzada por las vías del ferrocarril. Sin embargo hasta la fecha no hay orden de cancelación de la obra, ni mecanismos preventivos de protección para el área total donde aún no hay descubrimientos pero rodea espacios en estudio.

Asistentes a la conferencia realizada en la sala de cabildos del ayuntamiento jaltipaneco, la tarde del 12 de julio de 2013, exigieron a los funcionarios públicos presentes: la suspensión definitiva de los trabajo de García Munté; la estructuración de un programa integral de rescate cultural en toda la ciudad; y la salvaguarda de los descubrimientos que están en custodia por el INAH pero podrían ser recuperados por la población a través de la formación de consejos ciudadanos. Dos propuestas surgieron: La posibilidad de montar una exposición con los hallazgos; la necesidad de crear un museo comunitario que protega el patrimonio cultural chogostero.

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