Salinismo y antizapatismo: contracaricatura

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Salinismo y antizapatismo: contracaricatura

Javier Hernández Alpízar

El simplismo y la irreflexión de los sedicentes (así los llamaría José Revueltas) analistas de izquierda ha llegado a hacer una caricatura de la situación política que se da con el regreso del PRI a los Pinos y con la movilización y anuncio de nuevas acciones civiles y pacíficas del EZLN. En Twitter la memoria de algunos usuarios parece no mayor a un byte, y en esa desmemoria navegan y hacen su agosto antizapatistas de derecha y “de izquierda”. Lo mismo los racistas que creen que los zapatistas son un teatro montado por Salinas, que los caricaturistas, compañeros de viaje de cuanto priista y salinista jubilado les impone AMLO como nuevo héroe y candidato.

Brilla por su ausencia la memoria de lo que ha pasado en los 18 años que han transcurrido después del alzamiento militar zapatista del 1 de enero de 1994.

Olvidan que la caída de la imagen de Carlos Salinas de Gortari en México y en el mundo se debió al EZLN, tiraron su bien montada mercadotecnia (más sólida que la endeble que tiene ahora Peña Nieto) como tiraron los indios chiapanecos la estatua de Diego de Mazariegos en 1992, por los 500 años de la llegada de Cristóbal Colón a América, como scouting del colonialismo europeo.

Olvidan que el zapatismo fue el enemigo número uno del priista Ernesto Zedillo, quien impulsó un proceso público de diálogo como maniobra diversionista para la contrainsurgencia militar y paramilitar que fue su verdadera política contra el EZLN. El mismo estratagema que se ve hoy por parte de Salinas- Peña.

Olvidan que así como Salinas había derrotado a la izquierda electoral, “imponiendo” a Zedillo como sucesor, así había derrotado a la izquierda electoral Vicente Fox, con una idéntica “imposición” mediática que Peña Nieto, pero con bastante más eficacia, porque era el “presidente legítimo” y el héroe nacional (una especie de Hidalgo o Madero) para los foxizombies en 2001. Los zapatistas derrumbaron la figura de Vicente Fox, tal como antes habían derribado la de Salinas y, junto con otras organizaciones indígenas, la efigie de Diego de Mazariegos.

El repliegue del EZLN en sus acciones civiles y pacíficas fuera de Chiapas en 2007 es resultado de la contrainsurgencia: la militarización, la reactivación de los paramilitares que iniciaron con Zedillo pero que con el calderonismo (y la complicidad de la izquierda electoral en el gobierno chiapaneco y la de sus legisladores federales) se reactivaron, a la sombra de la espectacularidad de la guerra por todo el país con sus 83 mil muertos, sus 25 mil desaparecidos y 120 mil desplazados.

Los zapatistas marcharon contra Calderón y en apoyo al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, porque sabían que es necesario un movimiento nacional que pare la guerra de Calderón que hoy continúa Peña Nieto. El Movimiento por la Paz fue calumniado y saboteado por los mismos columnistas y caricaturistas que hoy hacen libelos contra el zapatismo; porque para ellos las víctimas eran una moneda de cambio para el chantaje electoral con el que pensaban ganar: “el PAN y el PRI son la guerra, la paz somos nosotros”. La salida del ex columnista de La Jornada Marco Rascón de ese diario fue causada por la censura de sus críticas a los columnistas de AMLO, linchadores de Sicilia. Les indignó que los llamara “lópezobradoristas” y pretendían que moderara sus textos.[1]

Sus hechos desmienten a estos comisarios del pensamiento: sus campañas de linchamiento al Movimiento por la Paz, y ahora contra el EZLN, mientras los gobernantes que ellos han llevado al poder salen ilesos de toda caricatura o crítica dura por su complicidad en la contrainsurgencia: ¿Han tenido igual campaña de críticas y caricaturas Juan Sabines, el ladrón que despojó Chiapas después de que lo llevaron a la gubernatura AMLO y su alianza “progresista”? ¿Ha tenido tal campaña de críticas Gabino Cué, quien está reprimiendo a la izquierda oaxaqueña, especialmente a los indígenas, no ha desmovilizado a los paramilitares, y sigue navegando con bandera de gobierno de “transición”, llegado al poder por una alianza PAN PRD? Ya no digamos una postura crítica al gobierno perredista del DF, del cual La Jornada se ha convertido en el diario oficial.

La contrainsurgencia ahora es un complejo juego de varias bandas: El nuevo gobierno salinista regresa por la venganza. Como dijera en uno de sus análisis Gaspar Morquecho: sería un gran placer para Salinas derrotar a López Obrador en una elección y luego ir por la revancha contra los zapatistas. Ya cumplió un primer objetivo, va por el segundo.

Otra venganza que Salinas está llevando a cabo es contra Ernesto Zedillo, su ex compañero, su sucesor y quien metió a Almoloya al hermano incómodo Raúl: en esa vendetta operan una demanda anónima en Connecticut por la masacre de Acteal y ahora filtraciones en prensa sobre la contrainsurgencia y la traición de Zedillo al EZLN.[2] Un juego político y mediático muy hábil, porque ataca a Zedillo, parece distanciarse de la contrainsurgencia (mientras en realidad se prepara para seguirla por la vía paramilitar que Zedillo le dejó como legado) y retroalimenta las teorías de la conspiración que periodistas y caricaturistas mercenarios mantienen como estrategia antizapatista.

Mientras públicamente el gobierno priista estatal llama al diálogo y a cumplir los Acuerdos de San Andrés, y el gobierno de Peña nombra como comisionado para dialogar con los indígenas (no sólo con el EZLN) al ex priista y lópezobradorista Martínez Veloz, por otro lado Peña Nieto arranca un “programa de combate a la pobreza” en Chiapas: el mismo operativo de tratar de doblegar con dádivas a las comunidades zapatistas, tal como lo hicieron sin éxito el panista Luis H. Álvarez[3] y el entonces priista y hoy lópezobradorista Dante Delgado.

Pero la verdadera estrategia contra el EZLN y contra toda verdadera oposición parece que será la fuerza, y de nuevo la militarización bajo el pretexto de guerra al crimen. Una primera aproximación la publicó recientemente Contralínea con su reportaje “Una nueva edición de la estrategia militar contrainsurgente”.[4] El antizapatismo castrense en Chiapas es el semillero del Ejército de militares con experiencia en ese tipo de labores.

con sosamontes

Para el éxito contrainsurgente, además de las limosnas de combate a la pobreza y de la guerra paramilitar y militar en forma, emplean la calumnia, el libelo, las teorías de la conspiración: en esto no solamente está encarrilada la derecha defensora de los paramilitares de Paz y Justicia como el grupo de Aguilar Camín. Están ahora, adelante de ellos, los columnistas defensores de la idea de que MORENA es la única izquierda realmente existente y los caricaturistas de El Chamuco y La Jornada. Su antizapatismo hace ahora ver moderados a los anti izquierda por convicción de Letras Libres. Así andan.

Los moneros ponen a Marcos al mismo nivel que a Rosario Robles, pero olvidan que el EZLN fue crítico del PRD precisamente (además de las agresiones a tiros de paramilitares perredistas contra bases zapatistas en Zinacantán) porque los videos que sacaron a la luz pública la corrupción del gobierno de AMLO fueron filtrados a la prensa por Salinas, Cevallos y Ahumada, pero era real la corrupción y el dinero que negociaban Rosario Robles, Carlos Ímaz y René Bejarano (además del que Ponce jugaba en Las Vegas). Por cierto ese dinero no fue para el EZLN sino para el PRD, y entre otras cosas, para aceitar la campaña de AMLO en Televisa y otros medios. ¿Cuánto de ello llegaría a La Jornada y El Chamuco, ni siquiera ilegalmente sino simplemente por publicidad? Aunque los moneros se vistan de seda Ahumados se quedan.

En todo caso, mucha más cola que le pisen pueden tener los moneros del lópezobradorismo por sus vínculos con el PRD y los sucesivos gobiernos perredistas del DF (incluida Rosario Robles), y no el EZLN, contra quien dirigen sus baterías, dejando de lado a ejemplares de su propio bando, de la talla de Juan Sabines, Mario Di´Constanzo y Gabino Cué. Al final de cuentas Rosario Robles y Di´Constanzo son ciudadanos legítimos de la República Amorosa de AMLO. De hecho, ahora sería para el EZLN más vituperio un elogio de los moneros de La Jornada que una crítica suya. A los moneros les faltó además poner a Mario Di´Constanzo, amloísta y hoy en el gabinete de Peña. Por sus omisiones los conoceréis.

Lo sintomático es que esas voces críticas del zapatismo y difusoras de la teoría de la conspiración salinista han recibido con los brazos abiertos a cuanto salinista les pone AMLO de candidato, y además no se atreven a confesarse antizapatistas: pretextan criticar a Marcos no al EZLN. Como si los indígenas fueran solamente un montaje escenográfico para los comunicados de Marcos. Asumen la misma postura que la derecha, pero no se atreven a decir su verdadero nombre: antizapatismo.

La relación entre el salinismo de Peña Nieto y sus enemigos los zapatistas va a quedar clara poco a poco conforme los zapatistas vayan saliendo a la palestra. La relación entre Peña Nieto y la izquierda lópezobradorista la van a ir viendo en forma de notas y gacetillas en La Jornada, como han sido hasta ahora las de los gobiernos priistas de Alemán, Herrera y Duarte en Veracruz o los gobiernos perredistas de Chiapas como el de Juan Sabines y ahora el nuevo priista, Velasco Coello. Por sus ediciones cotidianas los conoceréis…


[1] El más reciente caso de censura en La Jornada ocasiona la salida del articulista Marco Rascón, https://zapateando.wordpress.com/2011/08/18/el-mas-reciente-caso-de-censura-en-la-jornada-ocasiona-la-salida-del-articulista-marco-rascon/ También: Protesta contra La Jornada por la censura que orilló a la salida a Marco Rascón: https://zapateando.wordpress.com/2011/08/21/protesta-contra-la-jornada-por-la-censura-que-orillo-a-la-salida-a-marco-rascon/

[2] “Zedillo contra el EZLN: el documento secreto”, Sin Embargo, http://www.sinembargo.mx/17-01-2013/491527 “Zedillo rompió acuerdo de paz con el EZLN: Esteban Moctezuma”, Proceso: http://www.proceso.com.mx/?p=330331

[3] Para mayores detalles sobre Luis H. Álvarez, la carta del EZLN: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2012/12/30/carta-a-luis-hector-alvarez-alvarez/

[4] “Una nueva edición de la estrategia militar contrainsurgente”, Contralínea, http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/01/20/una-nueva-edicion-de-la-estrategia-militar-contrainsurgente/

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