DECLARACIÓN MESOAMERICANA DE RADIOS COMUNITARIAS

A la opinión pública nacional e internacional;

A las organizaciones populares, colectivos, medios de comunicación comunitarios, alternativos, libres;

En resumen, a todas las personas que luchan y no se callan frente a las injusticias, como nuestra compañera Bety, y en especial, a la familia y amigos y amigas, compañeros y compañeras de trabajo y lucha de Bety Cariño:

Reciban un fuerte abrazo cargado de solidaridad y también de coraje y pesar de parte de todas las radios integrantes de la Red Mesoamericana de Radios Comunitarias,

Nuestra familia está triste. Esta familia que se ha forjado a través de los años en la distancia geográfica, pero en la cercanía ideológica al creer firmemente que los medios son nuestros, del pueblo.

Nos quedamos sin una compañera, una hermana, que luchó incansablemente para que nuestros pueblos tuvieran voz. Bety Cariño fue una firme impulsora de la Red de Radios Caracol, red en la que se aglutinan muchas de nuestras radios hermanas, en la Mixteca Oaxaqueña. No tod@s conocemos la Mixteca, ni a las radios comunitarias que ahí dan voz a los y las que no la tienen. No tod@s conocimos a Bety, pero la noticia de su muerte nos hace sentir su presencia ahora que no está.

Nos cuentan que era una mujer muy fuerte, con sólidos ideales que se sostenían en la base de que es necesario luchar contra las injusticias de este sistema que nos oprime, como mujeres, como pueblos indígenas, como pobres.

Nos cuentan que amaba la radio como herramienta para luchar contra estas injusticias, y que lloró amargamente cuando el mal gobierno cerró La Rabiosa Radio, radio comunitaria de Huajuapan de León, ahí en la Mixteca, donde ella conducía un programa.

Nos cuentan que lloró mucho más cuando asesinaron a sangre fría a dos compañeras, Tere y Feli, que, como nosotros y nosotras, participaban como locutoras en su radio comunitaria. Precisamente estas compañeras, nos cuentan que participaban en una radio comunitaria, La Voz Que Rompe el Silencio se llama, que transmite en San Juan Copala, la comunidad a la que se dirigía Bety cuando fue asesinada.

Lloró pero no se cansó de gritar y pelear para que los pueblos en la Mixteca pudieran lanzar su voz al aire. Que creía en la radio como otra arma, un arma cargada de palabras, para acallar los tiros que resuenan en esa tierra.

Nos dicen que, en su incansable lucha por promover la participación de las mujeres, era capaz de ir hasta la casa de una compañera en su comunidad para convencer a sus papás que la dejaran participar en un taller de radio.

Por todo eso que nos cuentan, que nos hace admirar sin conocerla a la compañera Bety, queremos hacer pública nuestra condena al atentado contra la Caravana de Paz en la que viajaba nuestra compañera Bety y otro compañero internacionalista, Jyri Jaakola, además de muchos otros compañeros y compañeras solidari@s, de los que, hasta el momento, se desconoce su paradero y estado físico. Queremos lanzar esta condena y nuestro repudio al aire, que es lo que, como radios comunitarias, sabemos hacer mejor.

Queremos decirles que, como parte de esta red que, como los bordados triquis, se teje con fuertes hilos, que si nos tocan a un@, nos tocan a tod@s, y por eso no nos callamos. Porque personas como Bety nos ayudan a creer todavía con más convicción en la necesidad de continuar lanzando nuestras voces al aire, sin miedo.
Una frase suya cruzó toda Mesoamérica y llegó a cada una de las radios de la red:

Nunca más ningún medio a medias,
Siempre con nuestra voz
con nuestra palabra,
con nuestra razón,
pero sobre todo
con nuestro corazón.

Su mensaje, sus enseñanzas, y su convicción de que los medios son del pueblo, acompañarán siempre nuestro camino. Muchas gracias, Bety.

RED MESOAMERICANA DE RADIOS COMUNITARIAS

Esta entrada fue publicada en cartas marcadas, Desaparecidos, Medios libres, Noticias, Oaxaca, Paramilitares, Red contra la represion, Represión política en México, REPRESION POLÍTICA Y DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS, Solidaridad. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario