En un desplegado se dice que, “en ejercicio de su autonomía” y en rechazo a la “privatización”, la UNAM no se “adhiere” a la norma única de estudios que significa el Sistema Nacional de Bachillerato de la SEP (25/3/09). Qué bien, pero el discurso es inconsistente. Desde el 2000 se habla de la desvinculación respecto del Ceneval y, con ello, de dejar la política oficial de una norma única para el acceso al bachillerato a nivel nacional, pero la UNAM se sigue ajustando a los criterios que establece esa agencia privada. Su examen de admisión al bachillerato no sólo se aplica de manera coordinada con el Ceneval, sino que igual es estandarizado; también tiene 128 reactivos; cubre el mismo número de áreas y éstas tocan idénticos contenidos; utiliza exactamente igual número de reactivos por cada tema; tiene el mismo grado de dificultad y margen de error, y debe ajustarse a cualquier modificación que a su prueba haga el Ceneval. Además, la UNAM forma parte de la comisión encargada de impulsar un criterio uniforme (el del Ceneval) para el acceso al bachillerato en el valle de México y ahí, a sabiendas de que vulnera un elemental derecho humano, avala la política de negar acceso a la educación pública a quienes en el examen del Ceneval –y, por consiguiente, también en el de la Nacional– obtienen bajos puntajes. Para lograr una verdadera autonomía en el bachillerato, habría que comenzar con una real autonomía en el acceso. Y tampoco perseguir estudiantes del CCH que se rehúsan a la prueba PISA.
Hugo Aboites, UAM-X
http://www.jornada.unam.mx/2009/04/01/index.php?section=correo
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