Campesinos sin tierra rentan para sembrar maíces criollos

Los colores del maíz

Exhibieron diversas mazorcas y semillas papantecas
El cultivo de productos mesoamericanos, arrinconado
Coyutecos se dijeron contentos de mostrar sus productos

Javier Hernández Alpízar– Rentando para poder sembrar, resistiendo a la tentación de emigrar, sin organización, sin tierras de su propiedad, cosechando para consumo y sin mercado para vender algún excedente, campesinos de Coyutla defienden las variedades de maíz criollo, que han expuesto antes en El Tajín y el pasado fin de semana exhibieron en el patio de la Unidad de las Artes.
Durante la Feria de la Biodiversidad Agrícola en México, realizada los pasados 18 y 19 de agosto en el mercado Océlotl, por esta ocasión en el patio de la Unidad de Artes de la Universidad Veracruzana, en la calle Belisario Domínguez, Centro, entre el programa artístico y académico y como parte del mercado agropecuario orgánico, algunos campesinos exhibieron muestras de los diversos maíces criollos que aún se siembran y cosechan en Veracruz y en México.
Platicamos con un campesino de Coyutla, el señor Andrés Gómez Lorenzo, de 38 años, quien comentó algunas de las variedades que expusieron al público jalapeño.
Ellos han exhibido sus variedades de maíz criollo en El Tajín, ahora, las presentaron por primera vez en la capital. «Venimos a exponer esto para mostrar la diferencia de los tipos de maíz, los colores que tiene. Lo que queremos es que no se pierda el tipo de maíz que traemos. Venimos de Papantla, del municipio de Coyutla.»
Cultivan y usan los diversos tipos de maíz que muestran, aunque preferentemente el blanco, procuran conservar todas las variedades «Nosotros trabajamos y cosechamos este maíz, de ahí conservamos cada tipo que tiene, de los colores del maíz.»
Las diferencias en uso no son muy marcadas, pero sí pueden tener preferencia para alguno. «El rojo, para el consumo sirve, pero también para los animales, como los puercos, los pollos. Antes hay que molerlo para que pueda dárseles. Aquí también se podría vender en el mercado. El maíz negro es también para consumo de atole, tortilla, etcétera. También se puede con el rojo.»
Como en el resto del país, el más consumido es la variedad del maíz blanco. «El más común allá es el maíz blanco, pero el rojo también lo consumimos. Por eso lo tenemos de reserva, para que también lo podamos consumir, algún tipo de maíz. Es puro criollo. Es originario del lugar de donde somos. Por toda la región de donde venimos siembran estos tipos de maíz.»
No es el único cultivo, de hecho, con él perduran los productos básicos que por miles de años han alimentado a Mesoamérica, junto a algunos de los traídos por los conquistadores: «Se siembra junto con el pipián, calabaza, frijol negro, chiltepín, yuca y plátano.» Pero el maíz que se vendía y compraba en sus diversos colores y productos en gigantescos tianguis, hoy es para exhibición, como muestra.
¿Cómo les va con su trabajo en el campo?, preguntamos. «Con el campo… Ahí vamos también, poco a poco, pero nosotros necesitamos también ayuda en el campo para que así podamos tener más producción. Lo que queremos es un apoyo para podamos vender un poco de lo que cosechamos, para poder también seguir trabajando, producir más. Ahorita tenemos poco para consumo y otro poco, de lo que sale, lo vendemos ahí en nuestro pueblo. No hay donde podamos vender más, con otros compañeros que tenemos ahí, que podamos vender por toneladas, eso no hay.»
¿La tierra que trabajan, es su propiedad?, interrogamos. «No es propiedad de nosotros. Somos arrendatarios. Ahí nosotros somos un grupo de 17 personas. Cada uno renta un pedazo de tierra, trabajamos en conjunto pero cada uno tiene su labor.»
¿Migración? «Eso donde quiera existe, por lo mismo que no hay donde trabajar y no hay donde vender la cosecha que uno produce. Ahí están pagando el cuartillo a 8 pesos, del maíz blanco.»
No tienen ninguna organización, aclara, «trabajamos solos». «Nos invitaron a exponer aquí», cuenta, llegaron el viernes en la noche y expusieron el sábado y el domingo. «Estamos bien contentos y agradecidos.»
En tanto, los jalapeños que visitaron el mercado Océlotl en su aniversario escuchaban música de guitarra, alguna conferencia sobre el maíz, compraban algún producto como aceite de oliva, nieves, flanes, miel, pulque, comida, plantas, o lombrices para hacer su composta. Algunos firmaron un documento de Greenpeace para pedir al gobierno mexicano que saque al maíz del Tratado de Libre Comercio con América del Norte.
El consumo orgánico está reducido a un público minoritario, y las mayorías comemos tortillas de maquila hechas de maíz importado.