El PRD pidió y aprobó represión en Atenco

Javier Hernández Alpízar

Con el PRD y Convergencia por la Democracia (integrantes, junto con el Partido del Trabajo, de la Alianza por el Bien de Todos que impulsó la candidatura de Andrés Manuel López Obrador en las pasadas y fraudulentas elecciones) hay una gran confusión: La derecha partidaria y mediática los ataca constantemente refiriéndose a ellos como «la izquierda». Por ello, las personas que no tienen más fuentes de información que los medios comerciales (las televisoras, las radios, los periódicos, incluida La Jornada, periódico oficialista en cuanto a AMLO, el PRD y sus gobiernos como el del Distrito Federa y el de Michoacán, excepto cada vez menos voces críticas como Adolfo Gilly y Marco Rascón) terminan por creer que el PRD es «la izquierda».
Un ejemplo claro: El movimiento popular de Oaxaca, que sigue luchando por la desaparición de poderes y la salida de Ulises Ruiz Ortiz, quien llegó al poder mediante fraude electoral, es puesto ante el auditorio de Pedro Ferriz de Con como un movimiento «detrás del cual» están «el PRD y/ o Elba Esther Gordillo». Es una mentira de cuatro bandas, porque los maestros de Oaxaca que iniciaron las primeras movilizaciones, por demandas laborales y sociales- educativas, son precisamente férreos opositores a Elba Esther, líder charra del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), de manera que atribuirles ser títeres de Elba Esther es una manera de calumniarlos e intentar desprestigiarlos.
Pero también acusar al PRD de «estar detrás» de los oaxaqueños en justa rebeldía es una mentira de muchos filos: Aunque la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) pidió el voto para AMLO y el PRD, ni AMLO ni el PRD han apoyado la causa del pueblo de Oaxaca. Por el contrario, como señalamos en anterior entrega, el PRD y Convergencia han apoyado a Ulises Ruiz y han pedido al gobierno federal (Fox, Abascal, la Sedena, la PFP) que use todos los «instrumentos» del estado de derecho contra el pueblo de Oaxaca en rebeldía (punto de acuerdo de la Conago sobre Ulises Ruiz en http://www.conago.org.mx/reuniones/2006-09-11.aspx y decreto de la LIX Legislatura del Congreso del Estado de Oaxaca, firmado por las fracciones parlamentarias de todos los partidos, incluidos PRD y Convergencia, en http://www.juntosporoaxaca.org/voces.html)
De manera que tanto la autoproclamación del PRD (y sus aliados Convergencia y PT) como «de izquierda», reproducida por su diario oficial La Jornada, como los constantes ataques de los medios proclives al PRI y al PAN contra AMLO y el PRD como «izquierda», alimentan una muy útil (para el poder) confusión, ocultando la complicidad del PRD y sus adláteres en la represión que están pidiendo oficialmente para Oaxaca.
En el caso de Atenco, pero especialmente de la represión en Texcoco el 3 de mayo de 2006, ocurre lo mismo. El presidente municipal de Texcoco, el perredista Nazario Gutiérrez Martínez, y el grupo parlamentario del PRD en la LV Legislatura del Estado de México, fueron cómplices, comparsas y apoyo de la represión violenta contra los vendedores de flores y contra integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, mediante un operativo que incluyó (como señala Canal 6 de Julio en su video «Romper el cerco») cateos ilegales a casas de personas no relacionadas con el conflicto, violación de mujeres, tortura de mujeres y hombres y la detención de un primer centenar de personas, de las cuales la más conocida es el líder Ignacio del Valle.
Este apoyo a la represión no fue oculto, ni privado. Es un apoyo que el ayuntamiento perredista de Texcoco y la fracción parlamentaria del PRD en el Estado de México dieron a conocer mediante inserciones pagadas en La Jornada, un diario oficial del PRD ni siquiera un diario crítico del Sol Azteca del cual pudiera sospecharse falsificación.
Si buscan, amables y pacientes lectores de esta columna, en La Jornada del 4 de mayo de 2006, en sus páginas 16 y 18, encontrarán el apoyo del presidente municipal perredista de Texcoco Nazario Montiel y el de la bancada del PRD en la Legislatura del Estado de México, a la represión en Texcoco por parte de la policía.
En la página 18, aparece la inserción pagada por el grupo parlamentario del PRD en la LV Legislatura del Estado de México y firma como responsable el diputado Maurilio Hernández González, coordinador de esa fracción. El texto está fechado en Toluca, el 3 de mayo, el mismo día de la primera represión, la de Texcoco, está impreso con el sello de la Legislatura mexiquense y con el del partido del Sol Azteca. Apareció el 4, el día del operativo de guerra sucia en Atenco.
El texto acusa sin nombrarlo al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de la violencia así: «Luego de los hechos que se registraron este miércoles en el municipio de Texcoco, los integrantes del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática en la LV Legislatura del Estado de México, manifestamos nuestro total repudio a la injerencia de grupos violentos que no persiguen otro propósito que generar desestabilización en los asuntos de carácter municipal». Díaz Ordaz no lo habría redactado mejor.
Piden que haya represión, desde luego con otras palabras: «Hacemos votos por que el estado de derecho pueda prevalecer en la entidad y que se ejerza la legalidad para combatir este tipo de acciones que en nada abonan a un buen desarrollo democrático del Estado de México y por el contrario, propician un detrimento de la cultura de civilidad con la que deben ser tratados los temas en la vida de los mexiquenses». Cualquier parecido con la descripción de los oaxaqueños en rebeldía por los legisladores de Oaxaca, es el mismo patrón: la gente que protesta es «incivil» y hay que civilizarla con «la legalidad», que en el caso de Texcoco estuvo hecha de gases lacrimógenos; un joven, Javier Cortés, muerto de bala por la policía; mujeres violadas, y más de un centenar de presos torturados.
Pero la violencia de la policía no es condenada, se acusa de violentos a los texcocanos y atenquenses reprimidos: «Repudiamos –dicen los legisladores perredistas– que los conflictos entre la autoridades y los particulares pretendan resolverse por la vía de la fuerza y a través de interlocutores que no pueden tener otro calificativo que de grupos subversivos que lo único que buscan es romper la paz y la armonía con la que se vive en la entidad». Acusan de subversivos a los de Atenco y de paso le echan flores también sin nombrarlo al gobierno de Peña Nieto, porque viven en «paz y armonía».
Mientras las prensas de La Jornada publicaban el comunicado perredista, en Atenco había un operativo de guerra sucia contra la población. Quienes habían roto un compromiso de palabra (grabado en video) eran los gobernantes, el perredista de Texcoco y el priista del Estado de México, Peña Nieto, porque se habían comprometido con los floristas y con los de Atenco a que retirarían la policía y a que los dejarían vender, como tradicionalmente hacen todos los años. Esto está en el video de Salvador Díaz «Atenco, crimen de estado». (Octavio Rodríguez Araujo dice que no aparece ningún perredista en algún video, le gustan los videos de perredistas al parecer, pero del columnista hablaremos más abajo.)
Los diputados perredistas mexiquenses cierran su texto con un apoyo total a Peña Nieto: «Mostramos desde ahora nuestro más sólido apoyo al gobierno mexiquense para que se castigue a quienes han sido responsables de los lamentables sucesos que han sorprendido a la opinión pública y que han provocado el repudio generalizado de una sociedad que sabe y desea que sea a través del diálogo y la concertación como se puedan resolver los problemas, por trascendentes que estos puedan ser».
Mientras los diputados del PRD se apresuraban a apoyar a Peña Nieto «desde ahora», la policía asesinaba a Ollin Alexis Benhumea, violaba mujeres, cateaba ilegalmente las casas, detenía a más de un centenar de personas y arrojaba en el camino a uno que creyó muerto, todo con «el más sólido apoyo» del PRD mexiquense, representado por sus diputados.
No hubo voz disidente, por el contrario, en la página 16 de ese mismo día en La Jornada, el presidente municipal perredista de Texcoco Nazario Gutiérrez Martínez contaba su versión de la historia, la misma que sus compañeros de partido y diputados: «Defendemos nuestra armonía y la de nuestras familias. Rechazamos la violencia, venga de donde venga, sobre todo de gente ajena a nuestro municipio. Los ambulantes y activistas de Atenco no defienden una causa justa, defienden con violencia intereses particulares. Hacemos un llamado enérgico para que los gobiernos federal y estatal garanticen la estricta aplicación de la ley, no permitiendo nuevamente la violencia.» La misma historia, los violentos son los de abajo, y piden que, de arriba, se aplique la ley: «el Ejecutivo Municipal solicitó el apoyo de las autoridades estatal y federal para resguardar el orden y la tranquilidad del municipio.»
Al igual que hoy en Oaxaca piden la «aplicación de la ley» gobernadores y legisladores de PRD y de Convergencia, en el caso de Texcoco – Atenco, el presidente municipal perredista y la fracción parlamentaria del Sol Azteca pidieron la intervención estatal y federal contra los «subversivos» de Atenco.
Lo peor es que esta complicidad ha sido cuidadosamente ocultada por los simpatizantes de López Obrador y el PRD. Mandoki comprometió dinero de sus videos de promoción electoral de AMLO «para los presos de Atenco», e incluye en la cuarta parte de la saga de AMLO la represión en Atenco como argumento contra el fascismo panista de Felipe Calderón, pero ¿y la complicidad pública del PRD? Después de que la Otra Campaña con mucho trabajo logró revertir las calumnias de los medios privados contra los atenquenses y mostrar los abusos de la policía contra mujeres y hombres, el PRD, ahora sí, «pide» la liberación de los presos, en cuya violación, tortura e ilegal detención ellos, los perredistas, son cómplices.
«Casualmente», el 15 de septiembre, después de filmar escenas de cómo la policía del Distrito Federal, gobernado por el PRD, golpeaba a jóvenes, fueron también golpeados los camarógrafos de Canal 6 de Julio, y les destruyeron su cámara y su cinta. Los videoastas golpeados son Mario Viveros Barragán, Juan Pablo Ramos Jiménez y Miguel Angel Fuentes Cortina, al segundo de los cuales lo mandaron al hospital. Puede consultarse la información en la página de Canal 6 de Julio: http://www.canalseisdejulio.com/index.php
Sin duda el argumento de la «unidad» con AMLO para oponerse a la represión (del PRI y PAN) es malo, porque la represión también viene del PRD, y a veces con armas de fuego, como los paramilitares perredistas y de las redes de AMLO en Zinacantán, quienes han herido de bala a indígenas bases de apoyos zapatistas desarmados. Si todo esos son «detalles», «hechos aislados», «insignificancias», entonces, ¿qué es lo grave?
El argumento de «apoyamos a los ciudadanos y no a AMLO», o bien «apoyamos a AMLO y no al PRD», es cada vez más débil, porque quienes capitalizan las asistencias masivas a sus actos son ALMO, el PRD y Convergencia. Luego, cuando están en el poder, gobiernan para apoyar la represión, para apoyar a Televisa y a Carlos Slim. De manera que: ¿cuál oposición, cuál «izquierda» electoral?
Respecto al columnista de La Jornada, frecuente crítico de La Otra Campaña (reducida en su cortedad de miras a «Marcos») y apologeta de AMLO, de quien fue maestro universitario, según dice López Obrador en el primer video de Mandoki: Octavio Rodríguez Araujo, es una lástima su involución desde el trostkismo, una herejía marxista crítica del estalinismo, a una nueva versión del estalinismo, la cual solamente cambia al padrecito Stalin por el padrecito López Obrador: Cualquiera que lo critique o no lo apoye le «hace juego al enemigo», es de derecha, divide la unidad monolítica de la «izquierda».
Qué falta de honestidad intelectual no ver los argumentos de los críticos de AMLO, argumentos que en conjunto muestran que ni AMLO ni el PRD son de izquierda, sino un grupo en el poder (van a cogobernar con Calderón y el PAN) que apoya a la derecha cada vez que necesitan unidad: Al votar contra los acuerdos de San Andrés y sumarse a la contrainsurgencia contra el EZLN, al votar en favor de la ley Televisa y la ley Monsanto, al pedir y apoyar «sólidamente» la represión en Texcoco- Atenco y ahora en Oaxaca. ¿Cuál izquierda, cuál oposición?
A intelectuales orgánicos de AMLO como Octavio Rodríguez Araujo les sientan perfectas las palabras de José Revueltas en su novela Los Errores (edición de ERA, página 126) describiendo a los sacerdotes del estalinismo, del Partido: «Lo que los sacerdotes callaban es que existía mal; es decir que no existía como debiera ser. – Prefiero estar equivocado con el partido a tener razón en su contra –añadían los espantosos clérigos»… Del trostkismo al neoestalinismo, ¡qué involución, señores!

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