Poner un freno a la “democracia” antiliberal e intolerante

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Poner un freno a la “democracia” antiliberal e intolerante

Javier Hernández Alpízar

“El populismo está genética e históricamente ligado al fascismo. Se podría sostener que es su heredero, un posfascismo para tiempos democráticos, que combina un compromiso limitado con la democracia y que presenta impulsos antidemocráticos y autoritarios.” Federico Finchelstein.

Dejar clara mi posición desde el inicio, me parece esta vez más necesario que siempre. Mi ideal de democracia es una democracia radical, comunitaria, participativa, lo más directa posible. Me parece que en esto coincido con Luis Villoro, al menos según lo dice Guillermo Hurtado al hacer un retrato del filósofo mexicano:

“Pero la relación que él ha tenido con el movimiento político que surgió en 1994 con la rebelión indígena en Chiapas no tiene parangón. Villoro considera que los neozapatistas han trazado una ruta esperanzadora para reformar la política sin caer en los errores de los movimientos de izquierda tradicionales. La democracia que imagina Villoro es una democracia directa deliberativa ejercida dentro de pequeñas comunidades – pueblos, gremios, barrios –, en los cuales la asamblea toma decisiones por consenso, y en las que se han desmantelado las estructuras de dominio y exclusión o, como dicen los indios mexicanos, se manda obedeciendo.”

Una vez sentado mi ideal de democracia, hablaré de la democracia burguesa, formal, liberal, electoral, limitada, que en México está hoy bajo el ataque de un gobierno autoritario, populista, bonapartista, gobierno que está restableciendo el régimen de partido de Estado que un gran sector de la sociedad mexicana intentamos desmantelar durante al menos la segunda mitad del siglo XX y las primeras décadas de este siglo y milenio.

Comenzaré enunciando mis conclusiones y luego diré las razones que tengo para opinar y pensar así: Yo viví en el México del siglo XX, en el que eran una y la misma cosa Estado, gobierno, partido oficial, presidente, bandera y patria. No quiero que además de todos los males que ya padecemos, vuelvan a ser lo mismo todas esas palabras, además de otras como Ejército, Marina y Guardia Nacional. Por ello, la gente que se moviliza por la democracia electoral, formal, liberal, merece todos mis respetos.

Esa opinión tiene algunos corolarios como:

Se necesita ser un fanático, un mercenario o un mentiroso (o las tres cosas juntas) para decir que las miles de personas que se concentraron en el Zócalo para defender esa democracia electoral fueron a “defender a García Luna”. Decir que todos los que abrazaron la causa “mi voto no se toca” son “corruptazos”, “defensores de Calderón”, es una falacia como cuando Donald Trump dice “todos los mexicanos son criminales”.

Demonizar a toda oposición o disidencia es una semilla de totalitarismo. Cada vez que los fanáticos de un líder mesiánico de masas calumnian a un movimiento que no se les subordina, como han hecho con el EZLN, con el CNI, con el Movimiento por la Paz o con las feministas, están apuntalando la tríada teológico política compartida por fascismos y populismos: líder = pueblo = nación. Triada potencialmente totalitaria que excluye a todo el que piense distinto como “antipueblo, antipatria, traidor”, aunque lo disfrace de otros epítetos como “corruptazo”, “conservador”, “adversario”.

“Históricamente, el populismo posfacista revitalizó una concepción autoritaria de la democracia y la tradujo a un régimen fundado en un imaginario fascista”. Eso expresa Federico Finchelstein en su libro Del fascismo al populismo en la historia, publicado en 2018.

Como lo publicó en el año en que ganó las elecciones y ascendió al poder el actual líder carismático populista en México, Finchelstein no analiza el caso del actual régimen mexicano. Pero la descripción de los populismos como el peronismo y su deriva kirchnerista, el trumpismo, el bolsonarismo, los populismos neoliberales como Bucaram, Menem o Berlusconi, sean antiliberales, neoliberales, de derechas o de izquierdas, y en todo el mundo, revela que comparten una misma forma de operar que incluye forzar los límites de la democracia electoral e instalar dentro de ellos un autoritarismo “democrático” lo más parecido posible a una dictadura de inspiración fascista, si no en la violencia y el genocidio, sí en el fanatismo religioso como vínculo entre el líder- mesías y el pueblo obediente- creyente.

Más allá de las opiniones de Finchelstein, quien mantiene una definición oxímoron del populismo como “democracia autoritaria”, a mí me parece que fueron muy atinados los análisis que desde las movilizaciones contra el desafuero de AMLO de 2005 avanzó Adolfo Gilly, quien apostó por una izquierda no subordinada al ver el imaginario fascista que evocaba el líder, las masas, el águila como símbolo nacionalista, en las movilizaciones pro- Obrador. El otro análisis es el que hizo el EZLN, en 2005-2006, al decir que los intelectuales que cobijaban el liderazgo de masas de Obrador estaban dando calor al “huevo de la serpiente”.

La eclosión de ese neo-fascismo rebautizado como populismo en las aguas de la democracia electoral está hoy en todo su esplendor y pretende capturar la organización de las elecciones regresando a los tiempos del partido de Estado. Me parece ver reflejado el actual régimen en esta descripción del populismo escrita por Finchelstein: “un autoritarismo modernizado que transformó la tradición dictatorial del fascismo clásico en una forma antiliberal e intolerante de democracia.”

Me parece que la “democracia” de partido único, líder único y pensamiento único es muy lejana de mi ideal democrático de “mandar obedeciendo”, porque como describió atinadamente Adolfo Gilly, en el obradorismo como movimiento de masas la legitimidad se invierte y pervierte: no es legítimo el líder por obedecer al mandato de las masas, sino que cada militante que lo apoya es “legitimo” por obedecer al líder. Por ello, el líder puede hacer políticas completamente contrarias a lo que prometió en campaña, como militarizar el país, perseguir migrantes, apoyar a Trump, etcétera, y, en lugar de reclamarle, sus seguidores abandonan sus principios y lo secundan.

Muchos de ellos han abandonado sus banderas de izquierda y se han dedicado a defender lo que decían que cambiarían, como en el poema de José Emilio Pacheco, “Antiguos compañeros se reúnen”: “Ya somos todo aquello, / contra lo que luchamos a los 20 años”.

Con los miles de ciudadanos que han protestado por el intento del régimen obradorista de capturar la democracia electoral podemos tener muchas diferencias, pero al menos ellos no son seguidores fanatizados de un líder carismático, y su disidencia es una ráfaga de aire fresco en el país de un solo hombre y su estilo personal de calumniar.

Por ello, si luchamos por la democracia, no podemos ahora cruzarnos de brazos ante la resurrección del partido de Estado que, pintado con nuevos colores, se propone instaurar otros 70 o más años de “dictadura perfecta” (como dijera Vargas Llosa de la priista) o como la llama Finchelstein: “un autoritarismo modernizado que transformó la tradición dictatorial del fascismo clásico en una forma antiliberal e intolerante de democracia”.

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Acuerdos de la 2ª ASAMBLEA NACIONAL por el AGUA Y LA VIDA “Tod@s por Ricardo y Antonio”

Acuerdos de la 2ª ASAMBLEA NACIONAL por el AGUA Y LA VIDA “Tod@s por Ricardo y Antonio”

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COMUNICADO

• 525 personas y 125 colectivos, organizaciones, redes, pueblos y comunidades indígenas, provenientes de 18 entidades de México y de 6 países del mundo se dieron cita para discutir y organizarse en defensa del Agua y la Vida. • Durante dos días se dialogó sobre la importancia de impulsar acciones coordinadas y enfrentar en conjunto el despojo del agua y la crisis hídrica que provocan empresas  nacionales y multinacionales.

 

A los Medios de Comunicación que hoy nos acompañan, queremos agradecer su asistencia A las distintas representaciones de pueblos y comunidades indígenas, integrantes del CNI-CIG y organizaciones, colectivos y redes que también están presentes A quienes siguen la transmisión a través de las redes sociales

Sean ustedes bienvenidas y bienvenidos a la Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes”. Quienes participamos y suscribimos los acuerdos alcanzados en la Segunda Asamblea Nacional por el Agua y la Vida

DECLARAMOS:

Primero. El día de hoy, 20 de febrero, se cumplen cuatros años del cobarde asesinato de nuestro hermano “Samir Flores Soberanes”. Su lucha contra el Proyecto Integral Morelos (PIM) y su oposición abierta a la Termoeléctrica de Huexca generaron que el narco estado ordenara su ejecución. Cuatro años después, no solamente condenamos, la dilatación de la justicia y la impunidad, demandamos verdad y justicia para Samir. Hoy refrendamos que las semillas que sembró en el andar de su lucha, florecen en esta Segunda Asamblea Nacional por el Agua y la Vida.

Segundo. Los pueblos, barrios, tribus, naciones, comunidades, organizaciones, colectiv@s, hombres y mujeres que luchan y resisten contra el Sistema Capitalista y Patriarcal y por la defensa del Agua y la Vida, vivimos una guerra de exterminio que impone saqueo, despojo, desplazamiento forzado, persecución, encarcelamiento, desaparición forzada y asesinatos en contra de nuestros pueblos y comunidades indígenas; a 530 años seguimos enfrentando gobiernos y empresas que simulan transformación: esa guerra de conquista no es nuestra.

Tercero. En asamblea plenaria y tres mesas de trabajo, el 18 y 19 de febrero, en Barrio Quinto, Santiago Mexquititlán, Amealco Querétaro, nos reunimos 525 personas, 125 colectivos, organizaciones, redes, medios de comunicación libres, pueblos y comunidades indígenas originarias y residentes, todas y todos provenientes de 18 entidades de México: Guanajuato, Querétaro, Estado de México, Oaxaca, San Luis Potosí, Tlaxcala, Puebla, Aguascalientes, Morelos, Veracruz, Chiapas, Jalisco, Michoacán, Yucatán, Baja California, Coahuila, Quintana Roo y la Ciudad de México y 6 países del mundo: Colombia, Italia, Canadá, Puerto Rico, Argentina y Chile, en donde todas y todos resolvimos luchar por la vida.

Cuarto. La Segunda Asamblea Nacional por el Agua y la Vida se propuso convocar a las muy diversas luchas, resistencias y rebeldías que caminan a lo largo y ancho del país; pero también, a aquellas luchas que están más allá de nuestras fronteras, el objetivo: analizar,   discutir y organizarnos en la defensa del Agua y la Vida, hacer frente a la crisis hídrica que enfrenta la humanidad, pero, sobre todo, articular las luchas y resistencias desde una perspectiva global. Esto representa para nuestros pueblos un desafío organizativo frente el sistema capitalista y patriarcal.

Quinto. Existen muestras claras de la guerra planetaria que hoy enfrentamos:

A) El saqueo, la extracción, el tráfico, la venta y la explotación del agua. B) El exterminio de nuestros bosques, ríos, mares, minerales, flora, fauna, riqueza y diversidad tanto cultural como lingüística. C) La imposición de megaproyectos como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico y el Proyecto Integral Morelos y D) por todos los medios buscan acabar con la autonomía de nosotros los pueblos indígenas.

Estas formas de aniquilar la vida son sostenidas por los poderosos con la violencia en forma de militarización de nuestros territorios, de uso desenfrenado de la contrainsurgencia, así como de la impunidad y el permiso como privilegio que goza el crimen organizado.

Sexto. Los pueblos y comunidades indígenas del CNI-CIG, articulados con otras colectividades, organizaciones y redes e individu@, reunidos en la Segunda Asamblea Nacional por el Agua y la Vida, acordamos las siguientes acciones coordinadas:

• El día 4 y 5 de marzo se llevará a cabo la Asamblea Nacional del Congreso Nacional Indígena, “frente a la creciente violencia del narco estado y la imposición de megaproyectos y para contestarnos en colectivo ¿Qué sigue?. Acordamos participar con una comisión de los pueblos para presentar los resolutivos y acuerdos de esta Segunda Asamblea Nacional por el Agua y la Vida, con el objetivo de articular nuestras luchas.

• El 8 y 9 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, se convoca a participar en las distintas movilizaciones con contingentes frente a la militarización del país y ante la grave inseguridad.

• El 22 de marzo, en el marco del Día Mundial del Agua, convocamos a coordinar y llevar a cabo una Acción Global en contra del despojo de Agua y por el derecho a la Vida. La Organización de las Naciones Unidas conmemora y reconoce esta fecha para recordar la importancia del acceso al agua potable como una necesidad básica de la humanidad; en contraste, nuestros pueblos y comunidades enfrentan el despojo, la privatización y el saqueo del agua, particularmente denunciamos las empresas saqueadoras como Nestle, Bonafont, Danone, Cocacola y empresas inmobiliarias turisticas, etc.

• El 10 de abril, en el marco del 104 Aniversario luctuoso del asesinato del General Emiliano Zapata, convocamos a coordinar y participar en una Acción Global contra la Guerra y la Militarización de nuestros pueblos.

• El 10 de junio denunciaremos la represión de la que fue objeto la Red en Defensa del Agua y la Vida (REDAVI) y el Concejo Autónomo de Santiago Mexquititlán en 2022.

• El 17 de noviembre se cumplen 40 años de la fundación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, (EZLN) y el 1º de enero de 2024 son 30 años del levantamiento. Convocamos a preparar y organizar eventos políticos, culturales, movilizaciones y muy diversas actividades como Acciones Globales Coordinadas, dislocadas nacionales y/o internacionales.

• El día 12 y 13 de agosto, para dar continuidad a los trabajos alcanzados en esta Segunda Asamblea Nacional por el Agua y la Vida, se propone llevar a cabo la Tercera Asamblea Nacional en el Pueblo Originario de Xochimilco. Propuesta que se hará llegar al pueblo correspondiente y esperaremos su decisión.

Finalmente, desde la lucha y resistencia de quienes participamos en la Segunda Asamblea Nacional por el Agua y la Vida…

 

EXIGIMOS

• La presentación con vida de Antonio Díaz Valencia y Ricardo Arturo Lagunes Garza, quienes desaparecieron desde el pasado 15 de enero en Aquila Michoacán.

• La inmediata presentación con vida de nuestros 43 hermanos normalistas de Ayotzinapa. Han transcurrido más de 8 años sin verdad y sin justicia, desde la Cuarta Transformación solo se ofrece impunidad y silencio.

• Alto a la represión policiaca municipal y estatal en contra de la comunidad indígena maya SITILPECH e Izamal en Yucatán, el hostigamiento y represión se acentúa más en las mujeres y adultos mayores, que defienden la vida, la tierra y el agua ante las granjas porcícolas con un plantón que mantiene la comunidad.

• Exigimos justicia para la comunidad autónoma náhuatl de Ostula en Michoacán, por la reciente ejecución extrajudicial de tres integrantes de la Guardia Comunal y castigo a los culpables ligados al crimen organizado.

• Cese a la criminalización y hostigamiento contra la comunidad Binnizá de Puente Madera en Oaxaca y la Asamblea de Pueblos del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIIDTT) por su lucha contra el Parque Industrial del Corredor Interoceánico que quieren imponer en su reserva comunal El Pitallal que afectaría el agua de por sí escasa en la región.

• Cierre del proceso judicial de los compañeros Miguel López Vega y Alejandro Torres Chocolat, integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, Morelos, Puebla, Tlaxcala.

• Cierre de las carpetas de investigación de compañer@s del Concejo Autónomo de Santiago Mexquititlán, Amealco, Qro. y de los procesos judiciales contra tres integrantes de la REDAVI en Qro.

ATENTAMENTE ¡Por la Reconstitución Integral de nuestros Pueblos! ¡Nunca más un México sin Nosotrxs! ¡Zapata Vive, la Lucha Sigue! ¡Samir Vive la Lucha Sigue! ¡Hasta que la dignidad y la justicia se hagan costumbre! ¡El agua no se vende carajo! ¡Porque Vivos los Llevaron, Vivos los Queremos! ¡No al Tren Maya! ¡No al Proyecto Integral Morelos! ¡No al Corredor Interoceánico! ¡Viva el EZLN! ¡Viva el CNI-CIG!

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Compañero Román, una vida con convicción

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Compañero Román, una vida con convicción

Javier Hernández Alpízar

“Pero yo sé. Mmmmm, sí, lo sé. Debe haber un mundo mejor en algún lado.” B. B. King, adherente a la Sexta, según el difunto Sub Marcos.

Con mi solidaridad, al compañero Raúl Romero. Si tocan a uno, nos tocan a todos.

La muerte es más que el silencio y la ausencia, porque la vida es más que presencia y palabras.

Cuando un compañero nos deja definitivamente, sorpresivamente además, lo primero que sentimos es la inverosimilitud: porque apenas hace pocas semanas, días, horas que le vimos, le saludamos, conversamos.

Y de pronto comienza solamente la lucha contra el olvido, es decir, la memoria, extensión de la vida.

Nos queda el desconsuelo de la vida y de todo lo que el compañero podría aportar con su rebeldía, su trabajo cotidiano, su solidaridad, su lucha, su amistad y compañerismo. Y en la semilla de la resignación, acaso solamente podemos decir lo que de un personaje de la película Roma, ciudad abierta: “vivió bien”.

Ya lo había dicho y escrito alguna vez de la compañera Marta de los Ríos, con cuya muerte también experimenté esa sensación de no poderlo creer: ¿no será un error?, ¿una falsa noticia? Como la compañera Marta de los Ríos, el compañero Román Sánchez Núñez vivió bien.

¿Qué quiero decir con que vivió bien? Quiero decir que vivió en libertad, en rebeldía, que es la única forma de vivir en libertad bajo los sistemas opresivos como el capitalismo.

La única libertad que merece ese nombre es la ardua tarea de vivir de acuerdo al propio pensamiento, en la construcción, difícil, de la autonomía.

Por eso los compromisos, de vida y de activismo, del compañero Román fueron, en el más reciente tramo de su vida, en que tuvimos la fortuna de conocerlo, al lado del EZLN, del CNI, con la Sexta Declaración, con la Escuelita Zapatista, con el Concejo Indígena de Gobierno, con Marichuy, con el proceso de acercarnos a las víctimas de la violencia estructural en nuestro país, con la Coordinación Metropolitana con el CIG y con la comunidad otomí y su Casa de los Pueblos “Samir Flores Soberanes”.

A eso llamo vivir bien, a vivir sabiendo que uno hace lo correcto, que uno se esfuerza por ser congruente con su pensamiento.

Alguna vez, otro de los compañeros que nos han dejado en los años y meses recientes, Manuel Martínez Morales, me dijo que si algún día pudiera volver a vivir y tuviera que elegir de nuevo un camino, elegiría el mismo, con los de abajo y a la izquierda, por la justicia.

Por eso creo que compañeras como Marta de los Ríos, compañeros como Manuel Martínez Morales, como Samir Flores Soberanes, como Román Sánchez Núñez vivieron bien, porque eligieron la dignidad de la lucha, de la rebeldía y seguro que, si tuvieran que volver a elegir, elegirían el mismo camino.

Por eso es que su muerte nos duele, pero nos alienta su vida, porque su vida es su aportación, su obra, su legado y un aliciente para perseverar en un camino a contracorriente.

Alguna vez los zapatistas, en medio de la represión, un momento grave en 2006, nos pidieron reflexionar, preguntarnos si vale la pena elegir este lado de la lucha. No debemos dejar de preguntarnos.

Porque vivir bien es también vivir eligiendo, decidiendo: estar en un camino no por inercia, sino por convicción, por determinación.

Como dijera Raúl Vázquez, el homenaje a compañeros como Román Sánchez es el homenaje a los militantes de toda una vida.

Cuando recibimos la noticia de una muerte así, de repente, sin preámbulos, con la rotundidad del absurdo, el golpe solo cobra sentido con el reflujo del recuerdo, la memoria: son vidas que no fueron inútiles, no fueron sin sentido, porque apostaron por la vida, la defendieron, porque la defendieron hasta el último aliento. Vivir de ese modo es lo que podemos llamar vivir bien. Así vivió nuestro compañero Román Sánchez Núñez, y con esa plenitud de vida tenemos que recordarlo.

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Ante el imperio de la técnica, apelar a la filosofía

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Ante el imperio de la técnica, apelar a la filosofía

Javier Hernández Alpízar

“Si se transforma el modo de relacionarnos con el ser de las cosas y con los otros, también se transforma la idea de ser humano y la idea de mundo. Así, las cuestiones de carácter ecológico, de violencia y deshumanización se entienden en su raíz a partir de la positividad productiva imperante en la sociedad de rendimiento. En todo caso, si queremos cambiar algo, debemos comenzar por defender y preservar la teoría.” Ángel Xolocotzi.

La escritura de Martin Heidegger ha ganado reputación de oscura, difícil, casi hermética e incluso absurda. El filósofo mexicano Ángel Xolocotzi ha contado, en una entrevista, que su primer acercamiento a Heidegger, traducido por José Gaos, le dio esa misma impresión. Parecería incluso falta de rigor o chapucería, un lenguaje enrevesado, con palabras unidas-con-guiones de modo aparentemente arbitrario.

Sin embargo, Xolocotzi Yáñez cruzó el puente del idioma, aprendió alemán, vivió y estudio en Alemania, leyó, estudia, incluso ha traducido, a Heidegger. Ahora opina que probablemente parte de la deficiencia de la versión en español de Ser y tiempo traducida por Gaos (El ser y el tiempo, con el artículo que sustantiva lo que de otro modo sería un verbo: ser) se debe a que el maestro transterrado sabía un alemán de colegio y no el habla cotidiana de los alemanes, en la que abrevó Martin Heidegger.

En una compilación de textos que se reúnen alrededor de tres ejes temáticos: el lenguaje, el cuerpo y la técnica, Ángel Xolocotzi nos acerca al filósofo del ser especialmente en su periodo onto-histórico, sin dejar de hacer referencia a los caminos transitados antes de Ser y tiempo ni a su etapa de la ontología fundamental.

Los primeros textos se acercan al interés de Heidegger por el Logos, desde sus estudios de Aristóteles, especialmente de la Retórica como acceso al habla cotidiana de los griegos clásicos, su proyecto de conmoción de la lógica, con una lectura desde la esencia de la verdad y, por lo tanto, desde el ser, hasta su descubrimiento de la poesía (Hölderlin, especialmente) como el más develador, ontológicamente, momento del logos.

El segundo eje temático es el cuerpo, en su desdoblamiento como cuerpo objeto, el que estudian las ciencias naturales, y el cuerpo que soy yo en cada caso, el existencial, que no se queda en su confinamiento físico, sino que sale de sí y habita, vive y actúa en la vida fáctica con los otros, en el habla, la escucha, la mirada. El cuerpo existente y su misterio.

Y finalmente, los textos sobre la técnica, cuya esencia no es algo meramente técnico, instrumental, sino el modo como se devela para nosotros el ente: el mismo develar de la verdad, aletheia, pero no como la físis griega, sino como producción. Un modo de ver y de relacionarnos con los entes como producidos, sean los útiles producidos por nuestra techné o la autoproducción de la poiesis (autopoiesis) natural, pero siempre, al menos desde Platón, como producción.

La técnica no meramente como el mal, sino como el destino en el que se cumple la metafísica: al pensar el ser del ente como presencia solamente y frente a ello, la posibilidad de un nuevo inicio, que, sin pretender simplemente dar la espalda a la tradición, asuma una actitud de dejar ser, de escuchar, de estar atentos a otra forma de desocultarse del ser.

Las exposiciones de Xolocotzi de distintas meditaciones de Heidegger sobre el ser, sobre el ente, la esencia de la verdad, la esencia del lenguaje, la esencia de la técnica, nos van desocultando también a un Heidegger que no es un mero malabarista de las palabras, sino un pensador cuya dificultad de comprensión, de lectura, es intrínseca a su asunto: el ser se muestra y se oculta como acontecimiento, como evento, en el tiempo, en la vida fáctica, en el mundo, en la historia, en los fenómenos, como en el lenguaje, en el cuerpo y en la técnica.

La dificultad de leer, pensar y articular lo simple en ese pensamiento ontohistórico no viene solamente del lenguaje, de la traducción, sino de la dificultad de romper con una metafísica anclada en nuestras lenguas occidentales, sus gramáticas, nuestra moderna epistemología del binomio sujeto-objeto y la representación, en la reducción del ser del ente a la presencia. Probablemente no sea el caso en algunas lenguas orientales o en lenguas indígenas que no asumen ese dualismo sujeto-objeto. Recordemos los estudios de Carlos Lenkersdorf sobre el tojolabal: Filosofar en clave tojolabal.

Por ello, una época como la nuestra, cuando vivimos amenazados por el imperio de la técnica, da qué pensar. Y para eso, para vindicar un lugar para detenernos en los intersticios del productivismo, Ángel Xolocotzi, con sus aproximaciones heideggerianas, apela a la teoría, al pensar, al logos, en suma, a la filosofía.

Este pensar es, entre otras cosas, un diálogo con la tradición, de Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, Hegel, Schopenhauer y Nietzsche a los contemporáneos y posteriores a Heidegger como Husserl, Foucault, Derrida, Byung-Chul Han y Klaus Held.

Ángel Xolocotzi Yáñez, Articular lo simple. Aproximaciones heideggerianas al lenguaje, al cuerpo y a la técnica, Akal, BUAP, Puebla, 2021.

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De líderes supremos: fascismo y nacionalsocialismo

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De líderes supremos: fascismo y nacionalsocialismo

Javier Hernández Alpízar

Al compañero Román Sánchez Núñez, in memoriam

Recién comentamos el libro de Federico Finchelstein, Del fascismo al populismo en la historia (2018), que pone de relieve el código genético común entre el populismo y el fascismo, pero también la diferencia entre ambos. “El populismo es una forma de democracia autoritaria que originalmente surgió como una reformulación de posguerra del fascismo.”

El código genético común es el autoritarismo, la relación entre líder, pueblo y nación establecida jerárquicamente, por la cual, un pueblo homogéneo, identificado con las mayorías electorales de un régimen, es representado solamente por un líder carismático y su régimen. La diferencia es que el populismo no pretende abandonar la vía electoral, sino usarla para legitimar su autoritarismo (“democracia autoritaria”), pero no pretende devenir dictadura ni exterminar violentamente a sus adversarios, aunque los demonice como antipueblo, traidores a la patria y enemigos de la nación.

Finchelstein pone el énfasis en los contextos históricos para entender los fascismos y populismos: Ambos son globales, pero tienen historias nacionales propias, se influyen recíprocamente (algunos teóricos consideran al fascismo un subgénero del populismo), pero no se pueden entender solo con teorías y conceptos puros, sino con sus concretas historias.

Recientemente apareció una muy buena síntesis histórica de dos de los fascismos europeos clásicos, los fascistas de Mussolini y los nazis de Hitler. Nos referimos al libro de José Rodríguez Labandeira, Fascismo y nacionalsocialismo 1914-1945 (ACCI, Madrid, 2020).

De manera breve, amena y bien documentada (incluso con un anexo que incluye fragmentos de sus documentos políticos), Rodríguez Labandeira resume las historias del fascismo y el nacionalsocialismo desde sus orígenes, su ascenso, su inicial éxito (arrastre de masas e instauración de dictaduras totalitarias), la segunda guerra mundial, el Holocausto, y sus finales derrotas y caídas.

Hemos visto con Finchelstein que esta derrota y descrédito de los fascismos abrió paso a su reformulación como populismo, para conducir su autoritarismo mediante los regímenes electorales (los fascismos usaron las vías electorales, pero su propósito era la dictadura y la desaparición de toda oposición).

Nos interesa ver no solamente la ruptura entre los populismos y sus antecedentes fascistas, sino también las continuidades. Especialmente el culto a la tríada líder mesiánico, pueblo, nación y el verticalismo que exige obediencia incondicional al líder mesiánico.

En el fascismo de Mussolini se explica así, según Rodríguez Labandeira: ““Más que una ideología el fascismo es una ideocracia vertebrada por la obediencia incondicional a un líder carismático al que sus seguidores le reconocen condiciones excepcionales para mandar e imponer a la sociedad decisiones infalibles y, por lo tanto, incontestables. Las ideas y consignas del líder carismático inducen una certidumbre absoluta que es asumida, como si de un dogma teológico se tratara, por la fe en sus virtudes para dirigir al pueblo en su lucha por alcanzar una meta superadora de frustraciones históricas. La síntesis es el eslogan: “credere, obbedire, combattere”…

El líder del fascismo es considerado infalible, como en el catolicismo ortodoxo se considera al papa. El esquema jerárquico es idéntico a los liderazgos carismáticos populistas. Así lo expresa el autor de Fascismo y nacionalsocialismo 1914-1945: “El Duce no es el representante del pueblo, es el alma de la nación, lo que presupone una concepción jerárquica del orden social: una minoría que por formación y aptitudes tiene que mandar, y una masa que por carecer de ellas es incapaz de auto-realizarse y no puede hacer otra cosa que obedecer.”

Y desde luego, en el caso de Hitler también hay un culto religioso al líder, consagrado en el principio nazi de liderazgo mesiánico y carismático (Führerprinzip): “El nexo de unión entre Pueblo, Partido y Estado es el Reichführer, cuyo liderazgo carismático legitima todas las decisiones políticas adoptadas jerárquicamente, desde el vértice a la base, El Reichführer, en tanto que encarnación de la voluntad del pueblo alemán, concentra en su persona el poder supremo de todas las esferas. Está por encima y es independiente de todas las instituciones y su poder es jurídicamente ilimitado, incontrolable, irresponsable e irreversible, porque no puede ser legalmente depuesto. Este inmenso poder omnipotente, omnímodo y omnisciente, que jamás nunca nadie detentó, en realidad no tiene más fundamento que la creencia en sus cualidades sobrenaturales como líder del pueblo alemán.”

Este culto al líder se puede leer incluso en los protocolos de uno de los cursos de Martin Heidegger, el seminario “Sobre la esencia y el concepto de naturaleza, historia y Estado”, del 3 de noviembre de 1933 al 23 de febrero de 1934, publicado con el título Naturaleza, historia, Estado (Trotta, Madrid, 2018): “Solo donde el líder y los liderados se vinculan a un destino y luchan por realzar a una idea surge el orden. La superioridad espiritual y la libertad se desarrollan entonces como una entrega profunda de todas las fuerzas del pueblo al Estado, como la educación mas férrea, como entrega, resistencia, soledad y amor. Entonces la existencia y la superioridad del líder se hunden en el ser, en el alma del pueblo, y de esta manera enlaza con la originalidad y pasión de la tarea que le ha sido encomendada. Si el pueblo siente esta entrega, se dejará guiar en la lucha, desarrollará y mantendrá sus fuerzas, será fiel y se sacrificará. En cada nuevo instante el líder y el pueblo se unirán con más fuerza para desarrollar la esencia de su Estado, esto es, su ser; creciendo conjuntamente, el líder y el pueblo establecerán el sentido histórico de su ser y su querer y harán frente a las dos fuerzas amenazantes de la muerte y el diablo, esto es, la transitoriedad y el declive de su propia esencia.”

Este hilo genético conductor entre el fascismo y el populismo es el que lleva a Finchelstein a definir al populismo como “democracia autoritaria”, forzando el lenguaje. Es decir, el populismo usa la manipulación electoral para legitimar su régimen, pero la estructura jerárquica con el líder carismático en el vértice y el pueblo-nación homogéneo, reducido a su base electoral dura, es totalmente una herencia fascista, así como su antiliberalismo, su intolerancia, su maniqueísmo que demoniza a todo opositor como “antipueblo” o “antipatria”, su desprecio por las leyes y la división de poderes, pero sobre todo el culto fanático a su líder mesiánico, por lo que, con otros ropajes, es un Duce o un Führer y hace valer teológica y dogmáticamente el Führerprinzip.

Más que una “democracia autoritaria” o un “autoritarismo democrático”, en continuidad con el fascismo, el populismo puede leerse como una dictadura que utiliza los ropajes de la democracia. A manera de hipótesis, al menos, hay que considerarlo. Y en esa reflexión, la lectura de libros como los de Federico Finchelstein y José Rodríguez Labandeira puede servir para documentar nuestro antifascismo y también nuestro antipopulismo.

José Rodríguez Labandeira, Fascismo y nacionalsocialismo 1914- 1945, Asociación Científica y Cultural Latinoamericana (ACCI), Madrid, 2020.

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